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lunes, 13 de diciembre de 2010

ARBANCÓN EN EL EBRO


Él pasado domingo 24 de Octubre en tierras del Ebro, en la comarca de La Tierra Alta, la Generalitat de Cataluña, la asociación Comebe, y diversas instituciones y ciudadanos de todos los lugares de la Geografía española han querido rendir un homenaje a todos los desaparecidos en la Batalla del Ebro.
En el Memorial de Les Camposines (término municipal de La Fatarella), convertido en la actualidad en Museo Osario donde descansan restos humanos de personas aún sin identificar, se han colocado una serie de placas en las que figuran muchos de los nombres de los desaparecidos en dicha batalla.

Entre los 1145 nombres, se encuentra un ciudadano de Guadalajara, LUIS MONGE SEGOVIANO, un vecino de la Villa de Arbancón que allá por el mes de Septiembre de 1938 y con apenas 18 años recién cumplidos, abandonaba su pueblo sin imaginarse que emprendería un viaje del cual nunca regresaría.

El curso natural de ésta búsqueda nos ha llevado a estas tierras de dolor y de recuerdo, a donde hemos viajado con mucha ilusión. Hemos sido participes de las heridas que aún perviven en aquellas tierras después de 72 años, y observando la cantidad de gente que acudió al acto (más de tres mil personas), damos fe de los casos personales que encontramos, de las sensaciones vividas y del despliegue de recursos materiales que nos acercaron un poquito más a los nuestros.
Tras muchos años de desidia y olvido, de impunidad y frialdad, hoy día son muchas las voces que tratan de recuperar un pasado olvidado que aún pervive latente. Sin estas iniciativas el pasado mes de Octubre no hubiéramos podido homenajear a todos los desaparecidos, estar un poquito más cerca de ellos, poder llegar a sentir y comprender sobre el lugar dónde vivieron sus últimos días, todas sus inquietudes y sus miedos.

Me gustaría dar las gracias a la Generalitat de Cataluña por promover la iniciativa en la identificación de los desaparecidos y por dignificar a las personas que perdieron allí la vida; al Ayuntamiento de Arbancón y a la Iglesia Parroquial de San Benito Abad por colaborar facilitando datos para la búsqueda; a familiares de combatientes y a estudiosos de la contienda; a los medios de comunicación por difundir estos actos y por mostrar una parte de nuestro pasado que no debemos olvidar; mención especial a mi Tío Abuelo José por conservar las cartas escritas que el tío Luís enviaba desde el frente, que son de un valor incalculable y sin ellas todo esto no hubiera sido posible; y sobre todo a mi familia por apoyarme en ésta búsqueda. A todos quiero daros las gracias.

Todo el tiempo dedicado compensa cuando se realizan actos de éste tipo, dónde recordamos a nuestros seres queridos, y dónde las emociones vividas cuestan expresarlas con simples palabras.

Un abrazo de tu sobrino.

JOSÉ LUÍS HERAS MONTESINOS

2 comentarios:

Anónimo dijo...

arbancon lleva tilde

Anónimo dijo...

La vida de nuestros muertos perdura en la memoria de los vivos pero intenta siempre homenajear a los vivos antes de que estén muertos.